martes, 12 de febrero de 2019

VIOLENCIA DENTRO DE LAS RELACIONES DE PERSONAS DEL MISMO SEXO, EL SEGUNDO CLOSET.

Violencia dentro de las relaciones de parejas del mismo sexo, el segundo closet.

Cuando hablamos de violencia intrafamiliar o de pareja de inmediato pensamos en una pareja hetero, donde el hombre es el abusivo y la mujer la abusada…. Pero, ¿Qué pasa en el interior de una relación lésbica? No hay hombres de por medio, ¿Eso quiere decir que no hay violencia? O en el caso de una pareja gay, al no haber una mujer en la relación, ¿No hay quien sea la victima?, ¿La propiedad? Muchas peguntas sin duda, preguntas que tienen respuestas no solo difíciles, si no también dolorosas.

El problema con esta violencia es que es invisible ante los ojos de la sociedad en general, los colectivos LGBT difícilmente hablan de esto, hay muy poca información, pocos estudios, ya ni se diga del ambiente LGBT, son cosas que no se oyen habitualmente. Casi tabú. Aunque no se diga, este tipo de violencia se considera de “segunda categoría” hecho que no hace más que dificultar su prevención.

En países con sociedades más avanzadas, como la americana o la europea, se manejan cifras que van del 27% al 46% en estos casos, en una sociedad como la mexicana, donde el machismo está sumamente impregnado es de pensarse que ese número puede dispararse, máxime cuando no sabemos reconocer las señales, incluso tal vez en nuestro círculo familiar más cercano con nuestros padres, abuelos, tíos, hermanos, etc; paso, pase o esté pasando algo similar.

El machismo esta tan interiorizado en nuestro México que es difícil ver las señales.

Un caso muy común y que confundimos con “amor” son las inseguridades, esas que te hacen reportarte a que rato con tu pareja, esas que provocan mini pleitos entre ustedes, esas que están allí, día a día, como cuchillito de palo, jode y jode. Para algunos puede sonar lindo, hasta protector, pero la realidad es otra, sus inseguridades lo llevan a ser posesivo, al grado quizás de ser dependiente de ti, tu, te convertirás no es su pareja, o su esposo, si no en su propiedad.

Y como “objeto” suyo, no tienes derecho a nada que él no quiera, alejarte de tu familia, amigos, incluso de tus gustos es otra forma de violencia, muchos de nueva cuenta lo romantizan, “me esta ayudado a crecer”, a “salir de mi zona de confort”, a “cerrar ciclos”, pero la realidad es que te está envolviendo en su miseria… Un día despertaras y te darás cuenta que, pese a tenerlo a él, no tienes nada, nada, ni siquiera a ti mismo, pues no eres ni la sombre de lo que un día fuiste.

Afortunados quienes llegan a abrir los ojos a estas alturas, por lo que sigue, no es nada fácil.

Esos mini pleitos, esos “roces” entre ustedes van escalando, un apretón fuerte de mano, un jalón de hombro, un pellizco, un “golpecito”, una cachetada, un empujón, desplantes que esta sociedad ha “normalizado”, “se lo merece” dirán algunos, “algo habrá hecho” dirán otros, “es cosa de pareja” murmuraran algunos más.

Tu y yo sabemos que las zuripantas están al asecho, esas personas toxicas que solo se dedican a sembrar más cizaña en relaciones en problema son un caldo de cultivo para que estos abusadores sigan haciendo de las suyas, pues de nueva cuenta nos encontramos con ese machismo interiorizado, donde el que tiene la culpa es la víctima y el que tiene la razón es el victimario.

Es aquí donde pintaremos una raya, donde explicaremos un poco más sobre porque este problema es invisible, una forma fácil de hacerlo es explicar el ¿Por qué? a esta fenómeno se le denomina “el segundo closet” y esto es porque, para denunciar, para pedir ayuda, para hablar de esto, primero te tienes que aceptar como lo que en realidad eres.

Y ese es un problema, el ir a levantar una denuncia requiere mucho valor, el pedir ayuda a una ONG, a una A.C., no es fácil, sobre todo por el miedo al que dirán, a la burla, al ser señalado como débil, tonto, mandilón, etc.

Ahora imagínate que aún no sales del armario, ¿con quién hablas?, ¿a quién recurres?, ¿a quién le cuentas?, incluso si llegases a hacerlo, te toparas con una burla “se hombre”, “enfréntalo”, “pártesela”, “defiéndete”… Esas respuestas no ayudan, no abonan a encontrarle una solución a este problema.

Lo que una persona en esta situación necesita es un verdadero apoyo, un soporte, un respaldo en todo sentido, alguien que le haga abrir los ojos, que le haga sentir confianza, pero sobre todo que le muestre que eso que vive no es normal, que eso que pasa no será para siempre, que tiene que parar ya.

El primer paso es el más difícil sin duda alguna. El camino a la recuperación física y emocional es largo, pueden pasar años incluso antes de que puedas volver a confiar, por eso es crucial darse cuenta a tiempo.

Amigo, date cuenta, por favor, ese trato, esa vida, todo eso que él te está haciendo no es normal, no te lo mereces. No lo justifiques, no quieras entenderlo, pues si lo haces, estarás cavando tu ´propia tumba.

De pequeños moretones y marcas ahora son ojos morados, huesos rotos, incluso heridas de corte.
Puedes estar pensando: “Eso no me apsara”, “Yo soy fuerte”, “Estoy grandote”, “Soy listo”, pues si mi amigo, serás súper man, pero cuando el amor te apendeja, es fácil caer en las redes de la dependencia emocional, en especial si  a quien tienes enfrente es un experto en el tema.

El miedo no anda en burro, por más salvaje que sea el victimario no arriesgara su integridad, mucho menos su libertad por ti, si ya lo hizo una vez, lo podrá volver a hacer de nuevo, te volverá a jalar más hacia su miserable mundo, justificaras su actuar, te alejaras de todo aquel que te quiera ayudar, tu mente no dará para más, solo para aguantar con ganas de que acabe, con ganas de que no se repita más, el trabajo se volverla un problema, allí se dan cuanta cuando llegas tarde, cuando llegas mal, cuando estas herido, enfermo o ausente.

Así hasta llegar a ese punto sin retorno a es estallido de cólera donde si no te defiendes, donde si no luchas con todas las fuerzas que te quedan, donde si no gritas y huyes… no habrá un mañana.

De perdones, lamentos y buenas intenciones están llenos los panteones.

Si tan solo te hubieras dado cuenta, si tan solo alguien te hubiera hablado de esto. Pero es muy tarde ella, tres metros bajo el suelo esta aquel hijo, hermano, amigo… o incluso, un padre.

En estos días de modernidad trivializamos mucho las relaciones toxicas, haciéndolas ver como algo cómico, cuando la realidad dista mucho de ello.

Espero este texto te sea útil a ti o alguien que conozcas… muchas veces pensamos que el enemigo está afuera acechando, cuando en realidad lo tenemos en casa, cuando en realidad nosotros mismos le abrimos la puerta.
#NoTeDejes

Saludos.

Atte:
ZCORT


PD: En un próximo texto haremos un recuento de esas actitudes/señales/focos de atención que debes tener en cuenta para no caer en una relación con una persona toxica, posesiva, violenta.



Con información de:
https://www.actuall.com/criterio/familia/cruda-realidad-casi-la-mitad-los-varones-gays-sufren-maltrato-parejas/
http://www.colegas.lgbt/violencia-intragenero/
https://www.elconfidencial.com/espana/2017-06-27/maltrato-gay-lesbianas-intragenero-violencia-lgtb_1404557/
https://www.infobae.com/sociedad/2017/05/05/noviazgos-violentos-en-parejas-gay-un-drama-secreto-que-empieza-a-salir-del-closet/
https://www.bbc.com/mundo/noticias-39725498

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